El malentès...










Sí, fue un malentendido.
Gritaron: ¡a las urnas!
y él entendió: ¡a las armas! —dijo luego.
Era pundonoroso y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.

Cuando envainó la espada dijo, dice:
La democracia es lo perfecto.
El público aplaudió. Sólo callaron,
impasibles, los muertos.

El deseo popular será cumplido.
A partir de esta hora soy —silencio—
el Jefe, si queréis. Los disconformes
que levanten el dedo.

Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio.


Ángel González

1 comentari:

  1. fa molta por tot plegat. no entenen de bromes aquests. nosaltres tenim la paraula, la poesia. ells, les armes i la cope.

    ResponElimina

Digues, digues...