L'estultícia transversal

Un bon article de Quim Monzó, que de tant en tant ja toca:

Herencias, grandes y chicas

«Disculpen mi atrevimiento, pero desde hace años leo en los diarios cartas de lectores –y artículos y noticias– sobre el denominado impuesto de sucesiones y no acabo de entender el problema. Comprendo que si, en otros lugares, heredar cuesta poco, aquí moleste tener que pagar una barbaridad más. Eso lo entiendo perfectamente. La última noticia al respecto es la de la campaña que promueve la Associació per a la Reforma de l'Impost de Successions, que ha colocado, en autobuses de Lleida y de Barcelona, anuncios con el lema "El peatge de la mort". La imagen que se ve es la de un pie que sobresale de una sábana. Se supone que el pie es el de un cadáver en el tanatorio, de cuyo dedo gordo cuelga una etiqueta en la que se lee "Cobrat". Me gusta.

»Repito que no quiero molestar a nadie. Perdonen todos aquellos que –según he visto estos últimos meses– están ofendidísimos con ese impuesto. Para reafirmar mi imparcialidad política diré que, si durante veintipico años estuve convencido de que los convergentes eran unos marcianos, la llegada al poder de socialistas y adláteres me ha evidenciado que la estulticia es transversal. Digo todo eso para que no piensen que, el paquete, lo cargo hacia la derecha o hacia la izquierda y que opino sobre ese impuesto en función de eso. Pero, a ver, con sinceridad, aparte de lo referido antes –la injusticia evidente de que aquí se pague tanto y en Valencia o en Madrid no–, un impuesto de sucesiones no es mucho peor que otros muchos impuestos con los que nos machacan y contra los que nadie protesta. Muchos de los que se quejan del de sucesiones dicen que es un impuesto sobre la muerte y que debería desaparecer. Tantos impuestos hay sobre la vida que uno sobre la muerte no me parece mucho. A mí me fastidia tener que pagar el IVA y lo pago. Me fastidia pagar el IBI y lo pago. Francamente: me fastidia infinitamente más pagar el IVA y el IBI que el impuesto de sucesiones. Durante estos últimos años murieron mis padres y lo que me dejaron en herencia deja bien claro que –si no tienes ni un duro (o si tienes duro y medio)– el tal impuesto no es ninguna sangría. En el 2005 murió mi padre, más pobre que una rata. ¿Qué pagué de impuesto de sucesión? Nada, porque no había herencia ninguna. Dos años después, en el 2007, murió mi madre. En este caso sí hubo herencia. ¿Qué heredé? Un piso en Les Corts, por el que –por ese impuesto de sucesión que algunos maldicen– pagué una cantidad que me pareció sensata, en absoluto exagerada. Quizá si hubiese heredado una finca de cien hectáreas en l'Ametlla del Vallès, colindante con la de Fèlix Millet, el importe del impuesto de sucesión me hubiese parecido un dispendio exagerado, pero, francamente, no fue el caso.

»Dicen los sabios que quien nada debe nada teme, pero yo más bien diría que quien nada tiene nada debe.»

D'acord: l'estultícia és transversal; l'estultícia, la demagògia i altres «qualitats» dels nostres polítics...

Papallones


Al poema "Mort i vida de les paraules", d'El fill de l'acordionista, Bernardo Atxaga diu, en la traducció de Pau Joan Hernàndez:

¿On són ara les cent
maneres de dir papallona?
A la costa de Biarritz,
Nabokov va recollir
un d'aquests noms: miresicoletea.

Els diccionaris de basc estàndard, però, recullen tan sols tximeleta, inguma, pipilinpausa i marisorgin.

Segons la lingüista Iraide Ibarretxe, autora d'un diccionari d'onomatopeies del basc, n'hi ha almenys trenta-dues, d'aquestes paraules, que són d'origen onomatopeic:

Atxitamatatxi, axandalo, falfala, libirita, makara, mitxilikote, mitxirrika, moxorrika, panpiña, pinpilinpauxa, pinpilinpika, pinpirin, pinpiripoxa, pitixileta, pitxeleta, pitxoleta, pitxilota, txalupitxi, txilipitaina, tximilot, tximirrika, txipileta, txipiritona, txiribiri, txirripita, txiruliru, txitxildola, txitxipapa, xintxitoil, xinxitola, xirita i zirimita.

Llegeixo la llista una vegada, dues, tres, quatre... I, de cop i volta, com les papallones inconscients del poema "Tximeleta reggae", també de Bernardo Atxaga —traduït per Vicenç LLorca—, m'allunyo de la costa i em perdo mar enllà..., en un mar de paraules inútils, precioses però inútils...

Aquelles papallones que volaven
cap a l'interior de la mar....
Aquelles papallones que, a milers,
volaven per damunt les onades...

Es van allunyar de la costa
com un petit núvol
i, deixant enrere els vaixells,
es van perdre a la llunyania.

Aquelles papallones que volaven
cap al silenci de la mar...
¡No hi aneu!¡No hi aneu!
No trobareu en aquella mar
un lloc on posar-vos.

No té illes, no té roques,
Aquella mar tan sols té aigua, fosca aigua...




Programa

Le Programme en quelques siècles

On supprimera la Foi
Au nom de la Lumière,

Puis on supprimera la lumière.

On supprimera l’Âme
Au nom de la Raison,
Puis on supprimera la raison.

On supprimera la Charité
Au nom de la Justice
Puis on supprimera la justice.

On supprimera l’Amour
Au nom de la Fraternité,
Puis on supprimera la fraternité.

On supprimera l’Esprit de Vérité
Au nom de l’Esprit critique,
Puis on supprimera l’esprit critique.

On supprimera le Sens du Mot
Au nom du sens des mots,
Puis on supprimera le sens des mots.

On supprimera le Sublime
Au nom de l’Art,
Puis on supprimera l’art.

On supprimera les Écrits
Au nom des Commentaires,
Puis on supprimera les commentaires.

On supprimera le Saint
Au nom du Génie,
Puis on supprimera le génie.

On supprimera le Prophète
Au nom du Poète,
Puis on supprimera le poète.

On supprimera l’Esprit,
Au nom de la Matière,
Puis on supprimera la matière.

Au nom de rien on supprimera l’homme ;
On supprimera le nom de l’homme ;
Il n’y aura plus de nom ;
Nous y sommes.
Armand Robin, Les Poèmes indésirables, 1945.