«La mentalidad totalitaria difícilmente acepta lo diverso; es por esencia monológica, admite sólo una voz, la que emite el amo y servilmente repiten sus vasallos. Hasta hace poco, esa mentalidad exaltaba los valores nacionales como una forma de culto supremo. El culto a la Nación producía una parálisis de ideas y, cuando se prolongaba, un entristecimiento del lenguaje. Las cartas, mal que bien, estaban a la vista, y el juego era claro. Pero en los últimos tiempos el panorama se ha modificado. Esa misma mentalidad pareció de repente hastiarse de exaltar lo nacional y sus signos más visibles. Dice haberse modernizado, descubre el placer de ser cosmopolita. En el fondo es la misma, aunque el ropaje parezca diferente. Se estimula ahora el desdén por la tradición clásica y la formación humanista. Sólo tolera la lectura epidérmica. Si esa corriente triunfa habremos entrado en el mundo de los robots.»Defiendo la libertad para encontrar estímulos en las culturas más varias. Pero estoy convencido de que esos acercamientos sólo son fecundos donde existe una cultura nacional forjada lentamente por un idioma y unos usos determinados. Donde nada hay o hay poco el avasallamiento es inevitable y lo único que se crea es un desierto de vulgaridad. Quienes nunca han ocultado su desprecio a los riesgos que implica una cultura viva, su desconfianza a la imaginación y a los juegos, pueden sentirse satisfechos. La vulgaridad se vuelve regla. Estoy convencido de que ni siquiera la inexistencia de lectores podrá desterrar la poesía. Sin esa convicción resultaría intolerable seguir viviendo.»
Més Sergio Pitol, més El arte de la fuga
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Sovint quan sento a* parlar de varietat cultural no puc evitar pensar precipitadament: “pinso de coloraines; bàsicament el mateix pinso presentat amb moltes coloraines diferents”.
ResponEliminaCada cop sospito més de l’ús que es fa de la “diferència cultural” i m’interesso per la diferència individual. Per això, si hagués de rescriure el segon paràgraf, ho faria així:
Defiendo la libertad para encontrar estímulos en las culturas e individuos más varios. Pero estoy convencida de que esos acercamientos sólo son fecundos donde existe una conciencia individual forjada lentamente por el cuestionamiento y la filtración singular de las convenciones lingüísticas y sociales. Donde no hay nada o hay poco el avasallamiento es inevitable y lo único que se crea es un universo de aburrimiento.
*Fa temps que em pregunto per aquesta a.
(Versió corregida)
ResponEliminaSovint quan sento a parlar de varietat cultural no puc evitar pensar precipitadament: “pinso de coloraines; bàsicament el mateix pinso presentat amb moltes coloraines diferents”.
Cada cop sospito més de l’ús que es fa de la “diferència cultural”. Tendeixo a considerar més digna d’interès i respecte la diferència individual. Per això, si hagués de rescriure el segon paràgraf, ho faria així:
Defiendo la libertad para encontrar estímulos en las culturas e individuos más varios. Pero estoy convencida de que esos acercamientos sólo son fecundos donde existe una conciencia individual forjada lentamente por el cuestionamiento y la filtración singular de las convenciones lingüísticas y sociales. Donde no hay nada o hay poco el avasallamiento es inevitable y lo único que se crea es un universo de aburrimiento.
Salut.